jueves, 20 de noviembre de 2014

Diabetes y enfermedad periodontal: 10 preguntas con respuesta

Diabetes y enfermedad periodontal: 10 preguntas con respuesta

Día 13/11/2014 - 11.15h

Con motivo del Mundial de la Diabetes, que se celebra el 14 de noviembre, la SEPA ofrece algunos consejos sobre su relación con la enfermedad bucodental

La investigación clínica revela, de forma consistente en los últimos años, una vinculación estrecha entre la diabetes mellitus y las enfermedad periodontal. Coincidiendo con la celebración del Día Mundial de la Diabetes y con el desarrollo del tercer seminario europeo Sunstar-Joslin Diabetes Center, la Sociedad Española de Periodoncia (SEPA), de la mano de Héctor Juan Rodríguez Casanovas, ofrece algunos consejos prácticos y resuelve algunas dudas importantes al respecto; además, propone una mayor implicación del diabético en el control de su enfermedad y en el cuidado bucodental.

¿Existe una relación entre la enfermedad gingival y la diabetes?

Hay un aumento en la frecuencia de la enfermedad gingival entre aquellos pacientes que padecen de diabetes, añadiendo la enfermedad gingival severa a la lista de otras complicaciones asociadas con la diabetes, como la enfermedad cardíaca, el derrame cerebral y la enfermedad renal.

¿Es una asociación bidireccional?


La investigación emergente también sugiere que la relación entre la enfermedad gingival severa y la diabetes es de dos vías. Las personas que padecen de diabetes no solo son más susceptibles a padecer de una enfermedad gingival severa, sino que también la enfermedad gingival severa puede tener el potencial de afectar el control de la glucosa en la sangre y contribuir a la progresión de la diabetes.
Las investigaciones sugieren que las personas que padecen de diabetes se encuentran en mayor riesgo de padecer problemas de salud oral, como la gingivitis (etapa temprana de la enfermedad gingival) y la periodontitis (enfermedad gingival severa). Las personas que padecen de diabetes se encuentran en mayor riesgo de padecer de enfermedad gingival severa ya que, generalmente, son más susceptibles a la infección bacteriana y tienen una capacidad reducida de combatir las bacterias que invaden sus encías.

Entonces, ¿qué debo hacer?

El Informe del Médico General sobre Salud Oral establece que la buena salud oral es una parte integral de la salud total. Por lo tanto, asegúrese de cepillarse los dientes y de utilizar el hilo dental correctamente y de visitar a su dentista para chequeos regulares.

Si padezco de diabetes, ¿estoy en riesgo de padecer de problemas dentales?

Si sus niveles de glucosa en la sangre se encuentran mal controlados, usted está más propenso a desarrollar una enfermedad gingival severa y a perder más dientes que los no diabéticos. Como todas las infecciones, la enfermedad gingival severa puede ser un factor en el aumento de los niveles de azúcar y puede dificultar más el control de la diabetes.
Otros problemas orales asociados con la diabetes incluyen: aftas, una infección causada por un hongo que crece en la boca, y la boca seca, lo que puede causar dolor, úlceras, infecciones y caries.

¿Cómo puedo ayudar a prevenir los problemas dentales asociados con la diabetes?

Lo primero es controlar el nivel de glucosa en la sangre. Luego, cuidar bien de sus dientes y sus encías, junto con visitas regulares al dentista cada seis meses. Para controlar el afta -una infección micótica-, mantenga un buen control diabético, evite fumar y, si utiliza dentaduras postizas, quíteselas y límpielas diariamente. El buen control de la glucosa también puede ayudar a prevenir y aliviar la resequedad de la boca causada por la diabetes.

¿Qué puedo esperar en mi chequeo dental? ¿Debo informar a mi dentista acerca de mi diabetes?

Las personas con diabetes tienen necesidades especiales y su dentista e higienista están equipados para satisfacerlas. Mantenga a su dentista e higienista informados acerca de cualquier cambio en su enfermedad y de cualquier medicamento que pueda estar tomando. Posponga cualquier procedimiento dental que no sea emergencia si su nivel de azúcar en la sangre no se encuentra bien controlado.

¿Por qué es importante lo que como?

Lo que usted come se relaciona estrechamente con la cantidad de azúcar presente en la sangre. La elección de opciones adecuadas de alimentos lo ayudará a controlar el nivel de azúcar en la sangre.

¿Debo seguir una dieta especial?

No hay una «dieta para la diabetes» específica. Es probable que su médico le sugiera que consulte a un dietista registrado para elaborar un plan de comidas. Un plan de comidas es una guía que le indica qué tipos de alimentos consumir en las comidas y como refrigerios. El plan también le indica qué cantidad de alimentos consumir. Para la mayoría de las personas que tienen diabetes (y también para aquellas que no), una dieta saludable está constituida por un 40% a un 60% de calorías de carbohidratos, un 20% de proteínas y un 30% o menos de grasa. Debe ser baja en colesterol, baja en sal y baja en azúcar agregada.

¿Puedo comer azúcar?

Sí. En los últimos años, los médicos han aprendido que comer un poco de azúcar, por lo general, no provoca problemas en la mayoría de las personas que tienen diabetes, siempre y cuando sea en el marco de una dieta equilibrada. Simplemente tenga cuidado con la cantidad de azúcar que come y trate de no agregar azúcar a los alimentos.

¿Qué tipos de alimentos puedo comer?

En general, en cada comida, usted podría tener 2 a 5 opciones (o hasta 60 gramos) de carbohidratos, 1 opción de proteínas y una determinada cantidad de grasa. Hable con su médico o un dietista para obtener asesoramiento específico.

Mayor responsabilidad del paciente

Noticia Diabetes

Diabetes: Es hora de hacerte la prueba

La enfermedad ocupa el primer lugar entre los problemas de salud que afectan a los hispanos en Estados Unidos

La obesidad es uno de los principales factores de riesgo entre los hispanos.
La obesidad es uno de los principales factores de riesgo entre los hispanos.
Foto: archivo
PUBLICADO: EST Nov 12, 2014 10:45 am EST
Estudios médicos han demostrado que los latinos, junto a los afroamericanos, tienen un riesgo dos veces mayor de desarrollar diabetes tipo 2 que las personas de cualquier otra raza.
De acuerdo con la Asociación Americana de la Diabetes, 2 millones de hispanos tienen diabetes tipo 2 (10.2% de todos los latinos en el país).
Muchos de los afectados son adultos jóvenes que podrían estar sufriendo de una condición llamada pre-diabetes, es decir, que sus niveles de azúcar en la sangre están por encima de lo normal pero que aún no son lo suficientemente elevados como para considerarse diabetes.
Según explica la doctora Valery Chu, farmacéutica clínica de del Centro de Diabetes del Hopital St. Barnabas, en El Bronx, el 70% o más de los que tienen pre-diabetes, y no hacen cambios saludables en su estilo de vida, progresaran a la diabetes en los próximos 10 años.
"Hay muchas personas con pre-diabetes y no lo saben. El problema es que no presentan síntomas aunque su azúcar esta alta", explica Chu.
Aprovechando que noviembre es el Mes Nacional para Concientizar sobre la Diabetes, la experta aconseja a los latinos a que se hagan pruebas para descartar si tiene la enfermedad o si están en riesgo de desarrollarla. La sugerencia es para todos por igual, sin importar su edad o estado físico.
"Muchos adultos jóvenes, en sus 20 o 30 años, no tienen un doctor de cabecera porque al sentirse saludables creen que no necesitan uno. Pero deberían chequearse el azúcar, porque esa es la única manera para saber si estas en camino a desarrollar diabetes", dice la especialista.

El riesgo de la obesidad

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), indican que entre las causas principales de la diabetes entre los latinos destacan la alta tasa de obesidad y el sedentarismo. Se estima que uno de cada cinco latinos sufre de .
"Las personas que son obesas deben hacer cambios permanentes en su estilo de vida y estar más activas para poder bajar de peso", indica la doctora Chu, quien aclara que esto no significa necesariamente inscribirse en un gimnasio o correr todos los días, sino moverse más, caminar más y subir las escaleras.
Otra sugerencia de la especialista es alimentarse de forma saludable, sustituyendo los alimentos altos en grasa y azúcar por frutas y vegetales. También se recomienda abandonar el cigarrillo en el caso de los que fuman y limitar el consumo de alcohol.

El diagnóstico

Hay varias maneras de diagnosticar la diabetes. Pero por lo general se realizan dos pruebas de sangre conocidas como A1C y Glucosa plasmática.
A1C. La prueba A1C mide su nivel promedio de glucosa en la sangre durante los últimos 2 o 3 meses. Las ventajas de recibir un diagnóstico de esta manera es que no tiene que ayunar ni beber nada.
Se diagnostica diabetes cuando: A1C = 6.5%
Glucosa plasmática en ayunas. Esta prueba generalmente se realiza a primera hora en la mañana, antes del desayuno, y mide su nivel de glucosa en la sangre cuando está en ayunas (no comer ni beber nada excepto agua por lo menos 8 horas antes del examen).
Se diagnostica diabetes cuando: Glucosa plasmática es = 126 mg/dl.

Autoexamen de riesgo

Sólo un médico, mediante pruebas de sangre puede determinar si usted tiene diabetes tipo 2 o pre-diabetes. Sin embargo, usted podría saber si se encuentra en riesgo de desarrollar la enfermedad mediante una prueba gratis y fácil de realizar, que consiste en un cuestionario de siete preguntas.
“La Prueba de Riesgo de la Diabetes, que no es un examen de sangre y no requiere que vayas a un médico de inmediato, te puede decir si tienes posibilidades de desarrollar la enfermedad en un futuro. Es muy fácil y cualquier persona puede tomarla. Consiste en siete preguntas básicas y si sacas más de cinco puntos deber ir a ver a doctor, porque esto sugiere que podrías tener pre-diabetes, diabetes, o que tu riesgo de desarrollarla en un futuro es mucho más alto”, indica la doctora Valery Chu, del Centro de Diabetes del Hospital St. Barnabas.
El autoexamen de riesgo está disponible en la página web de la Asociación Americana de la Diabetes: diabetes.org/es.

La diabetes tipo2

La diabetes tipo 2 es una enfermedad crónica que no tiene cura. Se caracteriza por la incapacidad del cuerpo de producir o utilizar adecuadamente la insulina, una hormona producida por el páncreas que regula los niveles de azúcar (energía) en el organismo. Si no se trata a tiempo puede causar alta tensión arterial, ataques cardíacos, apoplejías, deficiencias renales, ceguera, amputaciones y hasta la muerte.